6 ago 2004

(d)olores

Estaba sentado en una cafetería tomando algo. Sí, en una cafetería que puedes ver en cualquier película americana con una camarera con una cofia que no hace otra cosa que pasearse por las mesas con una jarra de café en la mano llenando los vasos. Cuando de repente me vino un olor que me resultó conocido. Era el tuyo. Venía justo de detrás de mí. Tuve que girarme, no lo pude evitar. No estabas.
Ahora ya se que el olor no venía de detrás de mí. Venía de detrás de mi nariz, de detrás de mis ojos, de mi piel y de mis labios. En ese lugar donde mis sentidos esconden cosas de vez en cuando. Y se creen que no me doy cuenta.

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