Domingo 27 de Junio de 2010
Para subir al Montblanc por la route du Goûter hay que ir hasta el pueblo de Les Houches; allí se coge el telecabina de Bellevue hasta los 1794m (13.30€ ida y vuelta). Una vez ahí se pueden ahorrar tres horas de camino cogiendo el tren cremallera hasta Nid d'Aigle a 2362m (17.50€ ida y vuelta). Desde ese punto ya no hay más atajos ni medios mecánicos posibles. Sólo las piernas. Siempre hacia arriba. Nosotros comenzamos a caminar a eso de las 11 de la mañana.
En estas fechas el primer tramo del sendero tiene poca nieve y se progresa ladera arriba con facilidad. En unas dos o tres horas se llega hasta el refugio de Tête-Rousse (3167m). Antes de llegar al mismo hay que sortear algunos tramos rocosos que están equipados con cables. Supongo que pueden resultar útiles en presencia de hielo pero, como digo, hay escasa nieve y ni siquiera nos hemos puesto los crampones. Los últimos diez minutos son un paseo por un manto de nieve de poca inclinación. En este primer refugio hacemos una parada y nos preparamos para el tramo más serio. Ladera arriba, siguiendo el manto de nieve, aparece una pared rocosa de unos 600m de desnivel que tendremos que trepar para llegar al refugio de Goûter. El refugio donde pasaremos la noche se atisba a lo lejos en las alturas, entre las nubes.
Para iniciar la trepada hay que cruzar primero el Grand Couloir, un corredor por el que caen trozos de roca con bastante frecuencia a toda velocidad desde todo lo alto. Crampones, piolet y encordamiento a partir de aquí. Lo cruzamos por su parte más fácil y lo más rápido posible. A estas horas del día hay que tener mucho cuidado. Escuchar, mirar y cruzar sin detenerse. En varias ocasiones tenemos que abortar ya que varias rocas bajan endiabladas corredor abajo. Incluso unos temerarios esquiadores se dedican a descender por el corredor provocando la caída de más piedras.
Trepando montaña arriba se hace necesario el uso de manos y pies para progresar. En la primera mitad de la pared nos quitamos los crampones y guardamos el piolet. Hay zonas bastante expuestas y hay que ir con cuidado de no dar un paso en falso. Algunos pasos están equipados con un cable de acero trenzado al que nos aseguramos. Aquí vienen muy bien unos guantes de cuero ya que el cable está deshilachado a trozos. En la segunda mitad de la pared hay más nieve y hielo entre las rocas, lo cual hace la progresión más cuidadosa y lenta. Hay gente que sube con crampones.
Por encima de los 3500m yo ya estoy bastante cansado y me tengo que ir parando a descansar y beber. Llevamos dos horas y pico trepando y a esta altura se nota. Pedro, que está muy fuerte y bien aclimatado, sube como un gato. Miro para arriba y veo el refugio siempre igual de lejos.
El último tramo es algo resbaladizo pero se salva con la ilusión de haber llegado al refugio. Hemos subido los 1500m de desnivel en unas 6 horas, son quizás las 17:30 y estoy exhausto y muerto de hambre. A pesar de haber llamado con varios días de antelación para reservar no hay plazas en el refugio. Eso no significa que vayas a dormir en la calle pero no tienes derecho a cama y tienes que esperar fuera en la calle a 0 grados hasta que todos los que tienen plaza hayan cenado. No es muy agradable después del día que llevo. Y lo mejor de todo: te cobran los 38 euracos como a cualquier otro (si estás federado es la mitad) por pasar la noche con el desayuno incluido. La cena se paga aparte, 16€. Como en muchos refugios de montaña los suministros se suben en helicóptero con lo que una botella de agua cuesta 5€.
Yo he decidido subir lo más ligero posible por lo que entre otras cosas he prescindido de la cámara réflex (-1.2Kg) (motivo por el cual las fotos que ilustran este post las he tenido que coger de flickr) y del saco de dormir (-1.3Kg) para poder cargar 2Kg de agua. Además de eso cargo con: un gorro, una braga, gafas de sol, crema solar del 50, una camiseta de manga corta y otra de manga larga, un forro polar paravientos(sic), un impermeable, unos guantes finos (recomendaría añadir unos gordos también), un pantalón, un par de calcetines, las botas, los crampones, unas polainas recias, un piolet, un arnés, dos cintas express, dos mosquetones de seguridad, 1.5m de cinta plana, 2m de cordino de 7mm, un ocho, un casco, una linterna frontal, algunos bocatas y barritas energéticas.
Cuando terminamos de cenar hay que esperar a que la gente que tiene plaza se vaya yendo a dormir para poder echarse en el suelo del comedor. La mayoría de la gente es francesa pero el segundo idioma que se oye es el español, vascos sobre todo, como de costumbre. Mucha gente que está aquí viene con un guía de montaña. Es decir, no tengo mucha experiencia ni estoy en forma pero quiero que me subas (a veces literalmente) al Montblanc por 700 loros. A eso de las 21:00 Pedro y yo encontramos un hueco debajo de una de las mesas y allí nos tumbamos a descansar. El suelo está duro y frío. Todavía entra bastante luz por las ventanas y uno del grupo de madrileños tiene mal de altura (por lo que tooodo el mundo en la sala debe enterarse): me duele la cabeza, tómate una pastilla, es que voy a vomitar, donde lo hago, me salgo a la calle, hace frío, pide unas mantas... Presiento que va a ser una noche larga porque no voy a pegar ojo. O quizás corta: a la 1:30 se sirve el desayuno. A las 2:00 se sale, en plena noche, hacia la cima. Pero eso ya lo cuento otro día.
Seguir leyendo "Les Alpes 2010 - Día 4 (1/2)" || Otras rutas en los Alpes
Para subir al Montblanc por la route du Goûter hay que ir hasta el pueblo de Les Houches; allí se coge el telecabina de Bellevue hasta los 1794m (13.30€ ida y vuelta). Una vez ahí se pueden ahorrar tres horas de camino cogiendo el tren cremallera hasta Nid d'Aigle a 2362m (17.50€ ida y vuelta). Desde ese punto ya no hay más atajos ni medios mecánicos posibles. Sólo las piernas. Siempre hacia arriba. Nosotros comenzamos a caminar a eso de las 11 de la mañana.
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| Descargar el croquis de la ruta para Google Earth |
En estas fechas el primer tramo del sendero tiene poca nieve y se progresa ladera arriba con facilidad. En unas dos o tres horas se llega hasta el refugio de Tête-Rousse (3167m). Antes de llegar al mismo hay que sortear algunos tramos rocosos que están equipados con cables. Supongo que pueden resultar útiles en presencia de hielo pero, como digo, hay escasa nieve y ni siquiera nos hemos puesto los crampones. Los últimos diez minutos son un paseo por un manto de nieve de poca inclinación. En este primer refugio hacemos una parada y nos preparamos para el tramo más serio. Ladera arriba, siguiendo el manto de nieve, aparece una pared rocosa de unos 600m de desnivel que tendremos que trepar para llegar al refugio de Goûter. El refugio donde pasaremos la noche se atisba a lo lejos en las alturas, entre las nubes.
Para iniciar la trepada hay que cruzar primero el Grand Couloir, un corredor por el que caen trozos de roca con bastante frecuencia a toda velocidad desde todo lo alto. Crampones, piolet y encordamiento a partir de aquí. Lo cruzamos por su parte más fácil y lo más rápido posible. A estas horas del día hay que tener mucho cuidado. Escuchar, mirar y cruzar sin detenerse. En varias ocasiones tenemos que abortar ya que varias rocas bajan endiabladas corredor abajo. Incluso unos temerarios esquiadores se dedican a descender por el corredor provocando la caída de más piedras.
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| El Grand Couloir con el refugio de Goûter arriba al fondo Foto: Looking Back by Edward Lamb |
Trepando montaña arriba se hace necesario el uso de manos y pies para progresar. En la primera mitad de la pared nos quitamos los crampones y guardamos el piolet. Hay zonas bastante expuestas y hay que ir con cuidado de no dar un paso en falso. Algunos pasos están equipados con un cable de acero trenzado al que nos aseguramos. Aquí vienen muy bien unos guantes de cuero ya que el cable está deshilachado a trozos. En la segunda mitad de la pared hay más nieve y hielo entre las rocas, lo cual hace la progresión más cuidadosa y lenta. Hay gente que sube con crampones.
Por encima de los 3500m yo ya estoy bastante cansado y me tengo que ir parando a descansar y beber. Llevamos dos horas y pico trepando y a esta altura se nota. Pedro, que está muy fuerte y bien aclimatado, sube como un gato. Miro para arriba y veo el refugio siempre igual de lejos.
El último tramo es algo resbaladizo pero se salva con la ilusión de haber llegado al refugio. Hemos subido los 1500m de desnivel en unas 6 horas, son quizás las 17:30 y estoy exhausto y muerto de hambre. A pesar de haber llamado con varios días de antelación para reservar no hay plazas en el refugio. Eso no significa que vayas a dormir en la calle pero no tienes derecho a cama y tienes que esperar fuera en la calle a 0 grados hasta que todos los que tienen plaza hayan cenado. No es muy agradable después del día que llevo. Y lo mejor de todo: te cobran los 38 euracos como a cualquier otro (si estás federado es la mitad) por pasar la noche con el desayuno incluido. La cena se paga aparte, 16€. Como en muchos refugios de montaña los suministros se suben en helicóptero con lo que una botella de agua cuesta 5€.
Yo he decidido subir lo más ligero posible por lo que entre otras cosas he prescindido de la cámara réflex (-1.2Kg) (motivo por el cual las fotos que ilustran este post las he tenido que coger de flickr) y del saco de dormir (-1.3Kg) para poder cargar 2Kg de agua. Además de eso cargo con: un gorro, una braga, gafas de sol, crema solar del 50, una camiseta de manga corta y otra de manga larga, un forro polar paravientos(sic), un impermeable, unos guantes finos (recomendaría añadir unos gordos también), un pantalón, un par de calcetines, las botas, los crampones, unas polainas recias, un piolet, un arnés, dos cintas express, dos mosquetones de seguridad, 1.5m de cinta plana, 2m de cordino de 7mm, un ocho, un casco, una linterna frontal, algunos bocatas y barritas energéticas.
Cuando terminamos de cenar hay que esperar a que la gente que tiene plaza se vaya yendo a dormir para poder echarse en el suelo del comedor. La mayoría de la gente es francesa pero el segundo idioma que se oye es el español, vascos sobre todo, como de costumbre. Mucha gente que está aquí viene con un guía de montaña. Es decir, no tengo mucha experiencia ni estoy en forma pero quiero que me subas (a veces literalmente) al Montblanc por 700 loros. A eso de las 21:00 Pedro y yo encontramos un hueco debajo de una de las mesas y allí nos tumbamos a descansar. El suelo está duro y frío. Todavía entra bastante luz por las ventanas y uno del grupo de madrileños tiene mal de altura (por lo que tooodo el mundo en la sala debe enterarse): me duele la cabeza, tómate una pastilla, es que voy a vomitar, donde lo hago, me salgo a la calle, hace frío, pide unas mantas... Presiento que va a ser una noche larga porque no voy a pegar ojo. O quizás corta: a la 1:30 se sirve el desayuno. A las 2:00 se sale, en plena noche, hacia la cima. Pero eso ya lo cuento otro día.
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| El refugio de Goûter al amanecer Foto:Tents by Gouter refuge by Chamonix Experience |
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