La final a GMT+9

Son las 21:30 de un domingo en Japón. Hoy es la final de la copa del mundo de fútbol. España contra Holanda. Se hace raro vivirlo a tantos kilómetros de distancia (de hecho, ahora que recuerdo, la final de la Eurocopa 2008 contra Alemania la vi en una azotea de Estambul). Alejado de los medios, de las banderas y de toda la que se ha montado en España. A falta de pan, más circo. Se hace raro pero reconforta. Reconforta pensar que si quiero podré ignorarlo completamente. Puedo, si quiero, no ver el partido; puedo, si quiero, ignorar el resultado. Cosas completamente imposibles si estuviese en casa. Esa sensación me hace sentir un poco más libre.

A pesar de ello, dormiré un rato y a las 3:30am iré a un bar a ver el partido. Si España gana la gente me felicitará, como si yo tuviese algo que ver o hubiese contribuido de alguna manera. Si España pierde me sentiré mal durante 5 minutos y luego se habrá acabado el tema para mi; volveré a los mundos de yupi. En España hablarán en los medios durante días, semanas, meses. Repetirán el penalti fallado, entrevistarán a un pulpo, mostrarán las lágrimas de los jugadores, subastarán trozos de césped del campo, se bañarán en fuentes y darán patadas a las papeleras. Da igual si gana o pierde, no se podrá escapar. Mientras, yo podré elegir dormir sobre un futón en una habitación con tatami y ventanas de papel mientras afuera llueve.

Qué lástima que me marche mañana...

Coldplay - Trouble