26 jul 2010

Les Alpes 2010 - Día 4 (1/2): Refuge du Goûter - Montblanc

Viene de "Les Alpes 2010 - Día 3: Nid d'Aigle - Refuge du Goûter"

Lunes 28 de Junio de 2010

Alrededor de la 1am comienza a haber movimiento en el refugio de Goûter y rápidamente el comedor se llena. Asomo la cabeza desde debajo de la mesa. Efectivamente no he conseguido quedarme dormido en las 4 horas que he estado tumbado en el suelo. Tengo frío y me duelen los huesos pero por lo menos hemos descansado las piernas.

Descargar el croquis de la ruta para Google Earth

El desayuno es a mi parecer bastante decepcionante. Un tazón de té o café con unos panecillos, mantequilla, mermelada y un quesito. Pero bueno, tampoco me entra nada más a estas horas. Enseguida todo el mundo se apresura para salir. Pedro y yo nos preparamos justo en la entrada del refugio, donde se dejan las botas y las "armas". Al salir nos dirigimos hacia la parte de atrás, desde allí se atraviesa por un pequeño tunel en la nieve para encaramarse a la loma. A pesar de estar en plena noche el espectáculo es impresionante. El cielo está estrellado, hay luna llena y el macizo del Montblanc se aparece ante nosotros resplandeciente por la nieve. Casi brillando con luz propia, diría yo. Estoy tentado de apagar la linterna frontal pero hay que vigilar donde pisa uno. La nieve está durísima y los crampones la van rasgando a cada paso: ris-ras, ris-ras, ris-ras.

El camino es suave al principio, incluso hay alguna bajada pero enseguida se vuelve más y más empinado. Vamos siguiendo la huella de los grupos que van delante. De hecho, se puede decir que hay bastante tráfico y nos vamos adelantando unos a otros. La inclinación del terreno va subiendo y de vez en cuando hacemos algunos zig-zags para ir sorteando la pendiente.

Al llegar al Dome du Goûter (4304m) la pendiente se suaviza de nuevo y se marcha prácticamente llano por unos minutos. Paramos unos instantes a beber y a comer algo. Pero a los pocos segundos de parar me doy cuenta de que la mochila está cubierta de hielo. Con el esfuerzo de la subida no nos damos cuenta pero de noche a esta altitud debe hacer una temperatura bajo cero. De hecho, el agua que llevamos se está congelando. Además, se ha levantado algo de viento así que me pongo la última capa de ropa que llevo. No hay más descanso o nos vamos a helar. Al reanudar la marcha miro unos segundos hacia atrás. Hay una imagen preciosa: el camino serpenteante desde el refugio hasta aquí está marcado por multitud de puntos blancos de luz que suben lentamente, balanceándose como en procesión en la oscuridad.

Ahora el camino hace bajada hasta los 4250m. Estamos en el Col du Dome. Son casi las cinco y empieza a haber un poco de claridad. A la derecha queda la Aiguille de Bionnassay(4052m) y a la izquierda la ruta des Grands Mulets. Desde aquí se sigue hacia arriba para llegar al refugio Vallot hasta los 4362m. He de decir que más o menos por esta zona empiezo a estar terriblemente agotado. La pendiente me parece enorme y larguísima, aunque sé que objetivamente no es tal. Parece no acabar nunca. Me tengo que parar cada vez más a menudo. Yo voy delante, marcando el ritmo y Pedro me sigue, adaptándose a mi paso. Me aconseja no parar: "small steps but don't stop". Y le intento hacer caso. Y digo intento porque si bien lo de dar pequeños pasos funciona, aún así, al cabo de un rato estoy agotado de nuevo y tengo que descansar.

Llegado el punto del refugio Vallot hay que subir por la arista del Montblanc. Quizás la mejor parte del recorrido. Ya amanece, el Sol sale por nuestra izquierda y la arista se ve impresionante: es bastante empinada por lo que la cima no se ve desde aquí. Lo que sí se ve es que la arista serpentea a derecha e izquierda un par de veces antes de desaparecer en la altura. La caída hacia ambos lados se ve bastante temible pero parece suficientemente ancha para no presentar gran riesgo. De todas formas, Pedro y yo sabemos qué hacer si uno de los dos cae por uno de los lados: el otro deberá dejarse caer rápidamente por el lado contrario y comezar la maniobra de autodetención. Al ir encordados el uno al otro, quedaremos colgados a sendos lados de la arista sujetos por la cuerda. En caso de no hacerlo, el peso del que caiga arrastraría al otro consigo cayendo los dos por el mismo lado de la arista.

Arista final hasta la cima

El ejercicio y la preparación física durante los meses anteriores parece que no han servido para nada. Estoy agotado. Camino cinco minutos y me quedo sin aliento. Tengo que parar a respirar. A los pocos minutos el cansancio desaparece y estoy como nuevo. Sigo subiendo y a los pocos minutos vuelta a empezar. Pedro me repite: "small steps but don't stop". ¡Joder sí pero como dé los pasos aún más pequeños no me voy a mover del sitio! Ahora es cuando pienso en que debería haberme aclimatado primero a esta altura. Debería haber subido y bajado a los 4000m, haber pasado un par de noches en el Refuge du Goûter, no sé... Pues no, tenía que subir directamente, a palo seco. Sinceramente, no lo aconsejo. Los grupos con guía a los que adelantamos en las primeras horas ahora me pasan ya que van a paso lento pero firme.

Tardamos en recorrer la arista final unas dos horas. Después, la pendiente se suaviza bastante. De hecho los últimos metros son casi un paseo. Esta última parte es algo expuesta hacia la cara Sur. La pendiente se hace aún más suave, más y más y la arista se ensancha. Señalo la cima y les pregunto a un grupo que baja si voy en la dirección correcta para la playa ;) Son las siete de la mañana y estoy en la cima del Montblanc, a 4810m sobre el nivel del mar.

Pedro y yo en la foto de rigor a 4810m

Descansando en la cima del Montblanc

La cima es una área plana bastante grande; fusiforme. Por un extremo se llega y el otro conduce al Montblanc de Courmayeur. Hay unas 20 personas pero podrían caber bastantes más. Más o menos en el centro hay unas banderitas de colores semienterradas en la nieve, como esas que se cuelgan en el campo base del Everest y demás. Qué decir de las vistas. Hace rato que salió el Sol, el cielo está despejado y es de un azul intenso; todo lo que se ve alrededor se ve pequeñísimo: Francia, Suiza, Italia. Aunque no hay viento, hace frío. Como todas las cumbres, es un lugar inhóspito. A pesar de la alegría y la satisfacción, uno no se siente a gusto estando ahí y está, sin darse cuenta, ansioso por irse cuanto antes. Un bocata rápido, un poco de agua, las fotos de rigor y para abajo.

Vista desde la cima hacia el E
Más fotos que tomó Pedro desde la cima

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3 comentarios:

Cad dijo...

Impresionante...

Sadi dijo...

Sin palabras.

kil dijo...

enga no es para tanto, si quereis, la próxima vez que baje (septiembre) subimos juntos al veleta :)