Comenzó como un pequeño malestar esta mañana. Y a lo largo del día fue convirtiéndose en un dolor cada vez más agudo. Me duele el corazón porque te has ido, porque quiero quedarme dormido en tus brazos como la otra noche, porque ahora que no estás el tiempo pasa despacio y las horas no terminan nunca, porque ya no te oigo gemir mientras te abrazo dormida, porque no quiero separarme de ti y no entiendo por qué lo hago.
Esta noche me iré a dormir convaleciente, con el corazón en llanto, a ver si te veo en mis sueños, a ver si tú puedes curarlo.
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