27 sept 2008

Escocia - Sep'08 - Día 7

Día 7 - Jueves 04/09/2008
Skye: Ruta desde Elgol hasta Loch Coruisk

Como siempre, ha estado lloviendo durante la noche. Aunque la tienda agunta toda el agua que le echen encima y más, la lluvia hace bastante ruido y me despierta por la noche. Estamos bastante perezosos por la mañana como para madrugar. Hoy queremos ir a caminar por los Cuillins. Las montañas son muy escarpadas y para alcanzar la cima hay que escalar en la mayoría de ellas. Lo que queremos hacer es alguna ruta que pase entre las montañas y en la que no haya que subir mucho. Hemos pensado en un camino que sale desde el pueblo de Elgol, en la costa Sur de la isla, y que va hasta el lago Coruisk (enlace a Flickr) que dicen que es impresionante.

Las carreteras de la isla no están en malas condiciones pero salvo la principal, las demás son de un solo carril, son muy tortuosas, suben y bajan y la lluvia no ayuda. Nos lleva casi dos horas llegar hasta Elgol. Abajo en el puerto, desde donde salen botes que te llevan hasta Loch Coruisk, parece que unos japoneses ruedan una película. Un vistazo más cercano revela que no es una película sino más bien un documental de viajes como los que están ahora de moda en la televisión española. Ha dejado de llover y sale el sol. De todas formas, no queremos acabar empapados como la otra vez, así que nos ponemos todas las prendas impermeables que tenemos. Es incómodo pero vas seco (o eso se supone).

El camino transcurre por el acantilado, no por arriba, sino a media ladera, con un desnivel a veces muy pronunciado. Hay que tener cuidado de no resbalarse o te caes rodando hasta el mar. Rakel tiene vértigo así que no disfruta tanto el camino como yo. De frente tienes siempre los Cuillins y una playa de arena blanca con dos casas (una es privada, la otra es un albergue). Es sin duda uno de los senderos costeros más bonitos que he hecho nunca.


Vista panoramica de los montes Cuillins

Cuando llevamos unas horas de camino voy pensando en que no podremos llegar hasta Loch Coruisk ya que en la guía avisan de un paso de dificultad justo antes de llegar al mismo. Hay que cruzar una roca plana de unos 7m de largo que está inclinada. La roca tiene una estrecha grieta que la atraviesa en el sentido de la marcha por la que se pueden ir metiendo los pies. Si uno se resbala cae directo al mar. Hay bastante profundidad con lo que no es peligroso si sabes nadar; pero recomiendan quitarse un asa de la mochila mientras cruzas para poder deshacerte de ella si caes al agua. Lo llaman el bad step (foto de Flickr) y sé que Rakel no lo va a poder dar.

Cuando paramos a comer en una cala (poco antes de la playa con las casas) empieza a llover. Menos mal. Llevamos todo el camino forrados de plástico y con el sol dando en todo lo alto, pero el camino era tan estrecho y con tanta pendiente hacia un lado que no era plan de parar a cambiarse. Le propongo a Rakel volver. Ella también tiene curiosidad por llegar y ver el bad step (aunque luego no lo cruce) pero por el camino hemos ido hablando de lo bonita que es la isla, del montón de cosas que hay por ver en ella, de que podríamos coger los botes que van hasta Loch Coruisk y que paran tres horas allí para que puedas caminar por la zona, de que nos gustaría visistar la única destilería de whisky que hay en la isla, de que nos vamos mañana por la mañana, ...


Volviendo hacia Elgol
En un par de horas volvemos a estar en el coche. Hemos ido a toda prisa, el día se ha despejado más y sólo hemos parado a echar algunas fotos y a hacer una oferta por la única casa que me compraría ahora mismo (el dueño sonríe y dice que no tiene precio). Son las tres y media y no creemos que salgan ya botes hacia el lago. Pero en la guía pone que cierran la destilería a las cinco. Aún nos da tiempo a llegar y visitarla así que nos ponemos en marcha. Llevamos la casa a cuestas así que nos podemos quitar la ropa de montaña y ponernos algo "más apropiado" para degustar whisky.

Conducir por estas carreteras está bien si vas tranquilamente, admirando el paisaje. Pero es muy molesto si vas con prisa, en medio de la lluvia, teniendo que pararte a dejar pasar a los que vienen de frente a cada momento. "Déjeme pasar hombre, ¡que llego tarde a una cata de whisky!". Llegamos a Talisker a las cinco menos veinte. Cierran a las cinco pero en un cartel pone bien clarito que la última visita es a las cuatro y media. La chica de la recepción nos deniega la entrada amablemente al estilo británico, es decir, con una sonrisa en la boca, sin levantar el tono de voz, pidiendo disculpas y diciendo eso de: "Si quieren, pueden volver ustedes mañana por la mañana. Les puedo incluir en la primera visita, a las nueve en punto". Pues eso, ya veremos si volvemos mañana. Estoy algo jodido. Tengo la sensación de haberme pasado el día deprisa de un lado para otro para no perderme nada y me he quedado a medias o a las puertas de todo. Rakel me consuela: "Aún es temprano, podemos pegarnos una ducha en el camping e ir a cenar algo bueno en Portree: cigalas y entrecot de ternera a la brasa". Sea.

No hay comentarios: