4 abr 2009

Ganesh

Párvati, esposa del dios Shivá, siempre quiso tener un hijo. Es por esto que un día que deseaba darse un baño y no estando Shivá en casa creó, de la materia jabonosa con la que preparaba el baño, una figura a la que dio vida y llamó Ganesh; a quien ordenó guardar la casa y protegerla mientras Párvati se bañaba. Así nació Ganesh, el hijo de Párvati y Shivá, dios de la destrucción. Quiso el destino que, mientras Ganesh guardaba la entrada, el dios Shivá, su padre, regresase de la guerra. Éste no reconoció a su hijo, ni Ganesh reconoció a su padre puesto que jamás se habían visto. Ganesh, cumpliendo las órdenes de su madre, Párvati, juró defender a muerte el acceso a la casa. Shivá, sintiéndose en su derecho de entrar en su hogar, mató a su propio hijo cortándole la cabeza.

Cuando Párvati vio lo que Shivá había hecho, le ordenó que devolviese la vida a su hijo Ganesh. Pero la cabeza de Ganesh había desaparecido durante la pelea (de hecho, jamás se encontró) por lo que los poderes de Shivá no servían de nada. Shivá pidió entonces ayuda a Brahma, el dios creador, el cual ordenó que le trajese la cabeza del primer ser vivo que encontrase durmiendo en dirección al norte. Shivá mandó a sus ejércitos a la tierra y lo primero que encontraron fue un elefante moribundo acostado en una ciénaga. La cabeza de dicho elefante fue entregada a Shivá, que pudo así devolver la vida a su hijo Ganesh. Es por esto que se representa a Ganesh, como un hombre con cabeza de elefante.


Leo José Saramago - El viaje del elefante

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