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Sábado 20 de Diciembre de 2008
Tour por la ciudad (III)
Tour por la ciudad (III)
Por suerte no estamos en el monzón y para pronto de llover. Aprovecho las horas en el coche para quedarme dormido un rato. Vamos, por enésima vez, a la tienda de trajes. La primera vez que fuimos nos ofrecieron agua, la segunda, Mirinda de naranja. Yo pensaba que era porque creyeron que no queríamos beber agua la primera vez. Pero ahora me da por pensar que la bebida que te ofrecen va en función de las veces que visitas la tienda, o de la pasta que te dejas. ¿Qué va a ser ahora? ¿Champán? Por suerte nos vamos enseguida.
Ya ha oscurecido. Vamos no sé a dónde. La visita turística por la ciudad me está decepcionando un poco. No porque la ciudad no tenga atracciones que ver. No las tiene en el sentido de que no hay grandes monumentos, maravillas arquitectónicas o importantes museos. Si que las tiene en el sentido de que el simple hecho de pasear por cualquier calle es toda una aventura para unos occidentales como nosotros. No es eso. Es que los pavos estos de los conductores llegaron tarde y mal, nos llevaron a comprar a la tienda de un amigo suyo y luego nos metieron en un templo de los hare krishna a ver si dejábamos algún donativo.
Según ellos estamos ante "The Gateway of India" aunque yo no veo nada. Nos bajamos todos de los coches. Las calles en esta zona de la ciudad son diferentes, más anchas, hay semáforos y pasos de peatones. Se ven algunos occidentales de vez en cuando. Estamos definitivamente en el centro de Bombay. Esta es la zona donde hace un par de semanas tuvieron lugar los atentados por lo que hay policía y soldados por todos lados. Parece que la zona del Hotel Taj Mahal está acordonada así que no nos podemos acercar. Creo que nos vamos a conformar con intentar ver algo desde la barrera de seguridad. The Gateway of India es un monumento tipo "arco del triunfo" construido por los británicos, que lo empleaban para recibir a reyes y otras autoridades a su llegada a Bombay.
Es tarde. Ya que no se ve nada vamos a comer algo. Les doy a los conductores otras 500 rupias (9€) para que se pierdan un rato. Nosotros, tras pasear un poco por el paseo marítimo entramos en un restaurante más "occidental". Aquí en el centro los locales son un poco más "normales" o "modernos " si se quiere. Decoración tipo "starbucks", comida a base de pasta y ensaladas, pero con un toque indio, es decir, picante y especiado. La comida transcurre de forma ya habitual: cansados y con hambre. Salvo por dos cosas que guardan relación: la primera es que Andy lleva desde hace horas sintiéndose mal. Tiene fiebre y le duele el estómago. Dice que prefiere no comer nada. La segunda es que tras la cena, algunos visitamos el cuatro de baño, no una vez, sino varias. No es que nada en particular nos haya sentado mal. Ni que la cena estuviese en mal estado. Es simplemente que nuestros estómagos ya no resisten tantos días de guerra. No sé si vamos a acabar todos como Andy como sigamos así...
Ya no hay tiempo para más. Estamos cansados y nos volvemos al hotel. Por el camino intento solventar un problema logístico: el otro día intenté sacar dinero de un cajero. No sólo no pude sacar dinero sino que mi banco me bloqueó la tarjeta. Llamo para intentar que la activen de nuevo: es que, señor, hemos detectado que alguien está intentando realizar una compra fraudulenta desde la India. Soy yo imbéciles, estrechos de mente, que os habéis pensado, ¿que no hay más mundo que vuestra puta isla? dime ¿de qué me sirve una tarjeta de crédito si no me da crédito cuando más lo necesito, aquí en la India? ¿no se os ha ocurrido que la gente viaja y compra y usa vuestra tarjeta en el extranjero? . Pero claro, la operación no era el pago de un hotel en la costa del sol sino sacar dinero de un suburbio de Bombay.
Nada más bajarnos del coche Andy echa la pota. En la mismísima puerta del hotel. Para ser exactos, en el escalón que da al hall. El personal del hotel le mira con asco. Creo que deben pensar: "otro extranjero borracho" o "otro extranjero que probó la comida local".
Yo tengo que pagar a los conductores. El que parece el jefe saca una calculadora y un talonario de hojas amarillas. Se pone a hacer cuentas. Me pregunto qué cuentas estará haciendo si el precio ya estaba fijado y lo único que tengo que hacer es darle las 2000 rupias que faltan. Como es ya evidente, él trata de engañarme. Me muestra el papel donde ha garabateado unos cálculos y me explica: tanto de la tarifa normal, más tanto por x kilómetros extra más otro tanto de tarifa nocturna y otras hierbas más. Vaya, resulta que ahora habla un perfecto inglés el tío. No saben nada estos...Quizás considero normal que en un país como este traten de engañar a los turistas pero me parece patético que trate de engañarme así, como no te lo curres un poco más tío.... Para empezar, ¿qué coño kilómetros extra? y para terminar ¿qué coño plus de nocturnidad? Si sois vosotros los que habéis llegado tarde esta mañana y por eso el tour ha terminado tan tarde. ¡Tendrás cara! El hombre no se esperaba que yo me niegue a pagar, lo cuál me parece patético. Igual con los británicos o con los americanos te funciona pero, con un españó no te va a ser tan fácil. El hombre hace como que vuelve a repasar las cuentas. Misteriosamente ahora la cantidad final se ha reducido, ahora en lugar de pedir 8000 rupias pide 6000. Pues para llegar a las 2000 que te voy a dar no tienes tú que repasar ni nada... La negociación llega a un punto muerto ni él ni yo nos bajamos de la burra. Yo me siento ya engañado por las 500 rupias que les di para comer y las 500 para cenar. Sé que les estaba dando de más pero también lo hacía para darles a entender que si ellos se portaban bien yo me portaba bien. Pero lo que se han pensado es que yo era gilipollas. Y al tío se le ha vuelto a olvidar el inglés. Me da rabia molestar a Sampath pero le llamo por teléfono ya que me da por pensar que a lo mejor él se ha equivocado en el precio o algo (bueno, y un poco para que me saque del enredo). Te paso al conductor y hablas con él. Mano de santo. El conductor coge las 2000 rupias y adiós muy buenas. Sampath, ¿qué les has dicho? "Coge las pasta que como hable con tu jefe te vas a enterar".
Como ya se ha demostrado, por poco que hagas o por poco que veas, el simple hecho de estar pasando unos días aquí es toda una aventura. Me siento afortunado porque todo nos está saliendo bien y porque tenemos el respaldo de una persona de aquí. Me inquieta pensar que algo se torciese y que no tuviésemos a alguien "local" para ayudarnos. Mañana esa persona se casa y nosotros estamos invitados.
Ya ha oscurecido. Vamos no sé a dónde. La visita turística por la ciudad me está decepcionando un poco. No porque la ciudad no tenga atracciones que ver. No las tiene en el sentido de que no hay grandes monumentos, maravillas arquitectónicas o importantes museos. Si que las tiene en el sentido de que el simple hecho de pasear por cualquier calle es toda una aventura para unos occidentales como nosotros. No es eso. Es que los pavos estos de los conductores llegaron tarde y mal, nos llevaron a comprar a la tienda de un amigo suyo y luego nos metieron en un templo de los hare krishna a ver si dejábamos algún donativo.
Según ellos estamos ante "The Gateway of India" aunque yo no veo nada. Nos bajamos todos de los coches. Las calles en esta zona de la ciudad son diferentes, más anchas, hay semáforos y pasos de peatones. Se ven algunos occidentales de vez en cuando. Estamos definitivamente en el centro de Bombay. Esta es la zona donde hace un par de semanas tuvieron lugar los atentados por lo que hay policía y soldados por todos lados. Parece que la zona del Hotel Taj Mahal está acordonada así que no nos podemos acercar. Creo que nos vamos a conformar con intentar ver algo desde la barrera de seguridad. The Gateway of India es un monumento tipo "arco del triunfo" construido por los británicos, que lo empleaban para recibir a reyes y otras autoridades a su llegada a Bombay.
Es tarde. Ya que no se ve nada vamos a comer algo. Les doy a los conductores otras 500 rupias (9€) para que se pierdan un rato. Nosotros, tras pasear un poco por el paseo marítimo entramos en un restaurante más "occidental". Aquí en el centro los locales son un poco más "normales" o "modernos " si se quiere. Decoración tipo "starbucks", comida a base de pasta y ensaladas, pero con un toque indio, es decir, picante y especiado. La comida transcurre de forma ya habitual: cansados y con hambre. Salvo por dos cosas que guardan relación: la primera es que Andy lleva desde hace horas sintiéndose mal. Tiene fiebre y le duele el estómago. Dice que prefiere no comer nada. La segunda es que tras la cena, algunos visitamos el cuatro de baño, no una vez, sino varias. No es que nada en particular nos haya sentado mal. Ni que la cena estuviese en mal estado. Es simplemente que nuestros estómagos ya no resisten tantos días de guerra. No sé si vamos a acabar todos como Andy como sigamos así...
Ya no hay tiempo para más. Estamos cansados y nos volvemos al hotel. Por el camino intento solventar un problema logístico: el otro día intenté sacar dinero de un cajero. No sólo no pude sacar dinero sino que mi banco me bloqueó la tarjeta. Llamo para intentar que la activen de nuevo: es que, señor, hemos detectado que alguien está intentando realizar una compra fraudulenta desde la India. Soy yo imbéciles, estrechos de mente, que os habéis pensado, ¿que no hay más mundo que vuestra puta isla? dime ¿de qué me sirve una tarjeta de crédito si no me da crédito cuando más lo necesito, aquí en la India? ¿no se os ha ocurrido que la gente viaja y compra y usa vuestra tarjeta en el extranjero? . Pero claro, la operación no era el pago de un hotel en la costa del sol sino sacar dinero de un suburbio de Bombay.
Nada más bajarnos del coche Andy echa la pota. En la mismísima puerta del hotel. Para ser exactos, en el escalón que da al hall. El personal del hotel le mira con asco. Creo que deben pensar: "otro extranjero borracho" o "otro extranjero que probó la comida local".
Yo tengo que pagar a los conductores. El que parece el jefe saca una calculadora y un talonario de hojas amarillas. Se pone a hacer cuentas. Me pregunto qué cuentas estará haciendo si el precio ya estaba fijado y lo único que tengo que hacer es darle las 2000 rupias que faltan. Como es ya evidente, él trata de engañarme. Me muestra el papel donde ha garabateado unos cálculos y me explica: tanto de la tarifa normal, más tanto por x kilómetros extra más otro tanto de tarifa nocturna y otras hierbas más. Vaya, resulta que ahora habla un perfecto inglés el tío. No saben nada estos...Quizás considero normal que en un país como este traten de engañar a los turistas pero me parece patético que trate de engañarme así, como no te lo curres un poco más tío.... Para empezar, ¿qué coño kilómetros extra? y para terminar ¿qué coño plus de nocturnidad? Si sois vosotros los que habéis llegado tarde esta mañana y por eso el tour ha terminado tan tarde. ¡Tendrás cara! El hombre no se esperaba que yo me niegue a pagar, lo cuál me parece patético. Igual con los británicos o con los americanos te funciona pero, con un españó no te va a ser tan fácil. El hombre hace como que vuelve a repasar las cuentas. Misteriosamente ahora la cantidad final se ha reducido, ahora en lugar de pedir 8000 rupias pide 6000. Pues para llegar a las 2000 que te voy a dar no tienes tú que repasar ni nada... La negociación llega a un punto muerto ni él ni yo nos bajamos de la burra. Yo me siento ya engañado por las 500 rupias que les di para comer y las 500 para cenar. Sé que les estaba dando de más pero también lo hacía para darles a entender que si ellos se portaban bien yo me portaba bien. Pero lo que se han pensado es que yo era gilipollas. Y al tío se le ha vuelto a olvidar el inglés. Me da rabia molestar a Sampath pero le llamo por teléfono ya que me da por pensar que a lo mejor él se ha equivocado en el precio o algo (bueno, y un poco para que me saque del enredo). Te paso al conductor y hablas con él. Mano de santo. El conductor coge las 2000 rupias y adiós muy buenas. Sampath, ¿qué les has dicho? "Coge las pasta que como hable con tu jefe te vas a enterar".
Como ya se ha demostrado, por poco que hagas o por poco que veas, el simple hecho de estar pasando unos días aquí es toda una aventura. Me siento afortunado porque todo nos está saliendo bien y porque tenemos el respaldo de una persona de aquí. Me inquieta pensar que algo se torciese y que no tuviésemos a alguien "local" para ayudarnos. Mañana esa persona se casa y nosotros estamos invitados.
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