15 abr 2009

Une autre fois

Llevo dos semanas en Bruselas. La verdad es que los primeros días me sentía un poco desmotivado. Me daba pereza volver a cambiar de país porque cambiar ya no es una novedad: buscar piso, registrarse, dónde está el supermercado, pedir la conexión a internet, dónde se compra la tarjeta para el autobús, por qué carril circulan los coches, que tarjeta SIM es la mejor, a qué hora cierra el IKEA, cómo se hace si uno quiere ir al médico... Otra vez vuelta a empezar. Pero se me pasó en seguida. Tan pronto como bajé del autobús y no le di las gracias al conductor. Tan pronto como me llegó el olor de pollo asado en la calle los domingos. Tan pronto como me tomé una copa de vino blanco con unos calamares fritos en una barra que puso un bar, también, en la calle. Tan pronto como volví a ser consciente de que estaba en el corazón de Europa, en una ciudad cosmopolita que está acostumbrada a los extranjeros y en la que puedo comprar El país en cualquier kiosko.

A día de hoy he encontrado piso. Buscaba un compromiso entre: cercanía al centro, fácil acceso al trabajo, buena zona, precio ajustado y en buen estado. Lo imposible vamos.

Agente: Pues hay un piso en la zona de Madou disponible
Kil: Pero esa zona, ¿qué tal es?
Agente: Mmmm. Bueno, es... multicultural.
Kil: No tengo ningún problema en vivir en una zona multicultural. Lo que no quiero es que haya peleas en el barrio, los borrachos griten por la calle y la gente se mee en los portales.
Agente: Bueno, ¿no van ambas cosas siempre unidas?
Kil: ...
Kil: Usted lo que quiere decir es que en Madou viven los moros, porque, así por "multicultural" también me viene a la mente la zona de Schuman, pero claro, ahí viven los de la Comisión Europea, que es, como decirlo, otro tipo de multiculturalismo.

Así que viviré en Schaerbeek. Y en un intento de sentirme mas europeo todavía, me hará mucha ilusión no tener coche y comprarme una bici negra de segunda mano para ir de arriba a abajo.

En fin. Espero que esta vez me quede por más tiempo que la anterior.

PD1: Qué pereza me da hablar francés, se me ha olvidado todo.
PD2: Qué mal que hablan inglés aquí, incluso en el trabajo.

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