Al contrario que en las ferreterías, en las tiendas de montaña, todo tiene una explicación. Siempre hay un por qué. Cada producto se ajusta a unas necesidades concretas. Me encantan las tiendas de montaña porque entiendo lo que me dicen; hablan el mismo idioma que yo.
Si quiero unas botas me avasallan a preguntas, del tipo: ¿para que altitud? ¿para que clima? ¿para que epóca? ¿para travesías largas o cortas? ¿sobre nieve, hielo o barro? ¿suela dura o blanda? ¿crampones manuales, semi-automáticos o automáticos? (Zasss - me pilló) :O
Si quiero una mochila, lo mismo: ¿para caminar sobre nieve o no? (¿qué tendrá que ver?), ¿para viajar en avión? (¿¿??), ¿para excursiones de cuántos días?
En las tiendas de montaña, entienda o no el por qué de las preguntas simpre sé qué responder y si no lo sé, pregunto y me lo explican amablemente. En una ferretería no.
Aunque hay una cosa que no me gusta: en una ferretería un tornillo vale 0.05€, en la tienda de montaña me voy convencido de que no me han timado si no acabo llevándome el producto más caro :(
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