1 sept 2004

Cuaderno de bitácora (II)

El viento sigue sin soplar y la niebla lejos de disiparse se hace cada vez más densa. Las noches en el puente se hacen interminables. Varias dudas rondan por mi cabeza, pero la idea de que la Isla sea tomada por cualquier marino de agua dulce o por esos salvajes indígenas no me deja conciliar el sueño. Aún nos quedan viveres y la tripulación aguanta el tirón con resiganción.

La princesa sigue en su camarote y se niega a salir. Ella le quita importancia pero me pregunto que es lo que estará haciendo. Se cuenta que el poder de sus hechizos es grande, muy grande, y he oído historias acerca de que verdaderamente posee unos ojos mágicos para saber ver. No se si será cierto o no pero estoy pensando en pedirle su colaboración para conseguir orientar la nave en esta espesa niebla. Quizás su magia pueda hacer algo para mejorar la situación en la que nos encontramos. Siempre y cuando, claro, ella este dispuesta a usarla para estos fines.

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