28 ene 2005

Naïf con topos

Cad me ha rescatado hoy de este mundo virtual y me ha vuelto a recordar que si se rebusca un poco, entre todas las hojas secas, aparecen lugares interesantes como las galerías que hemos estado visitando.

En una de ellas había una mujer que sacaba de su corazón pedazitos de alegría y los empaquetaba en cuadros para poder transportarlos. Los cuadros estaban colgados de las paredes y cuando la gente los contemplaba la alegría saltaba del cuadro a la persona que lo contemplaba.

Y aquí viene la paradoja: Eso me puso muy triste porque me hizo pensar que la alegría no se transmite de persona a persona directamente pues no somos capaces de verla cuando brota directa y sincera desde los corazones de las personas sino que debemos ser engañados y atraparla de forma indirecta empleando, por ejemplo, esos cuadros como intermediario.

De todas formas, las pinturas de Isabel Seiquer consiguieron alegrarme el día :)


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