Tengo extrañas costumbres como la de pasearme por las calles de Derby los domingos por la mañana. Y como la de encontrarme las botas de la noche anterior despojadas de su ebria dueña. Ebria, o al menos, indigesta dueña, pues lo que picoteaba la paloma no era alpiste para pájaros, precisamente.
Y no, ya no me dedico a hacer portadas de discos. Ahora son posavasos. ¿Qué pasa?
Y no, ya no me dedico a hacer portadas de discos. Ahora son posavasos. ¿Qué pasa?
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