Los dos meses previos a un cambio de destino son siempre bastante ajetreados. Se dice por ahí que la circunstancia más traumática y estresante, después de la muerte de un familiar es una mudanza. Un poco exagerado quizás. Permisos y visados, mudanza, darse de baja o alta de los suministros, búsqueda de casa, registro, viajes... te mantienen ocupado y preocupado pero tampoco es para tanto. Creo que la clave está en tener pocas cosas y en no echar raíces.
El otro día vino la empresa de mudanzas a revisar lo que tenemos en casa y a hacer una estimación. Hemos dividido nuestras cosas en tres: Post-it amarillo para las cosas que se quedarán en Bélgica en un guardamuebles. Post-it rosa para las cosas que enviaremos a Japón por barco; tardarán dos meses en llegar. Y Post-it verde para las cosas más urgentes y que enviaremos por avión; tardarán unos diez días en llegar.
El otro día vino la empresa de mudanzas a revisar lo que tenemos en casa y a hacer una estimación. Hemos dividido nuestras cosas en tres: Post-it amarillo para las cosas que se quedarán en Bélgica en un guardamuebles. Post-it rosa para las cosas que enviaremos a Japón por barco; tardarán dos meses en llegar. Y Post-it verde para las cosas más urgentes y que enviaremos por avión; tardarán unos diez días en llegar.
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