La visita a Kioto del otro día fue bastante rápida. En un día no da para casi nada. Prácticamente sirvió para constatar que tenemos que volver con más tiempo. Parece que uno puede pasarse los días de templo en templo y tiro porque me toca. Pero también se puede callejear y perderse entre las estrechas calles para descubrir un montón de rincones preciosos.
Por la mañana estuvimos en el templo de Kiyomizu-dera. Se accede a él subiendo por varias calles bastante animadas. Llenas de gente, turistas difrazadas de geisha, bares y tiendecitas. Luego comimos okonomiyaki en un bar cerca y después fuimos a Fushimi Inari-taisha. Es quizás el templo más conocido. La imagen más famosa de Kioto, el interminable camino de puertas rojas (torii). Cada puerta está donada por un empresario -su nombre aparece inscrito detrás- para dar gracias por el éxito de su negocio. Ya por la noche (aquí se hace de noche bastante pronto) fuimos al centro, a Ponto-cho. Dónde puedes perderte por las estrechas calles llenas de bares y restaurantes. Hubiese entrado en todos y en ninguno pues uno no tiene ni idea de lo que sirven ni cómo pedirlo (todavía). Por ahora, aún necesitamos una carta que tenga fotos. Es imposible leer nada.
Mañana sábado iremos a Kamikochi. Pasaremos la noche allí y volveremos el domingo. Es de las pocas oportunidades que tendremos de ir allí con nieve ya que la zona queda cerrada a partir del 15 de noviembre y no abren hasta la primavera. Sampath a resevado todo por teléfono. Menos mal que él se apaña un poco más que yo con el japonés.
Por la mañana estuvimos en el templo de Kiyomizu-dera. Se accede a él subiendo por varias calles bastante animadas. Llenas de gente, turistas difrazadas de geisha, bares y tiendecitas. Luego comimos okonomiyaki en un bar cerca y después fuimos a Fushimi Inari-taisha. Es quizás el templo más conocido. La imagen más famosa de Kioto, el interminable camino de puertas rojas (torii). Cada puerta está donada por un empresario -su nombre aparece inscrito detrás- para dar gracias por el éxito de su negocio. Ya por la noche (aquí se hace de noche bastante pronto) fuimos al centro, a Ponto-cho. Dónde puedes perderte por las estrechas calles llenas de bares y restaurantes. Hubiese entrado en todos y en ninguno pues uno no tiene ni idea de lo que sirven ni cómo pedirlo (todavía). Por ahora, aún necesitamos una carta que tenga fotos. Es imposible leer nada.
Mañana sábado iremos a Kamikochi. Pasaremos la noche allí y volveremos el domingo. Es de las pocas oportunidades que tendremos de ir allí con nieve ya que la zona queda cerrada a partir del 15 de noviembre y no abren hasta la primavera. Sampath a resevado todo por teléfono. Menos mal que él se apaña un poco más que yo con el japonés.
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