30 oct 2010

Teléfonos móviles: una elección a regañadientes

La idea que teníamos para los teléfonos móviles en Japón estaba bastante clara: queríamos un teléfono lo más barato posible para mí, sin cámara, sin contrato, lo más básico posible; solamente para estar localizable y poder llamar en caso de emergencia; y un teléfono con acceso a internet para Rakel; un smartphone que se llama ahora. Es una gran ayuda para poder moverte por un lugar en el que prácticamente no puedes leer ni entender nada. A qué hora sale el último tren, qué es este producto, dónde está la farmacia más cercana,... Qué marca, modelo y contrato no lo teníamos claro pero un teléfono con Android era nuestra preferencia.

El primer problema es explicarle a nuestra asistente qué es un móvil con Android. Que digo, no sólo a ella, sino, sorprendentemente, a la dependienta. Encima está el problema de la traducción. Aquello parecía el teléfono roto. Me recordó a lo de: "¿Qué S.O. tiene? Ubuntu. No, digo que S.O. usa en su ordenador. Ubuntu. ¿Que qué Windows usa?¿98, Me, XP,...?"

Ninguna opción con Android con el operador Softbank. ¿Otro operador? Docomo tiene algunos Samsung con Android 2.2 pero ese operador no hace contratos a extranjeros que no tengan la tarjeta de residente. Yo sólo tengo un resguardo de haberla pedido y no me dan la tarjeta hasta mediados de noviembre. ¿Esperarse hasta tenerla? Bien pero entonces olvídate de que te ayude una traductora. La empresa de gestión del traslado sólo te ayuda con la compra durante esta semana. Luego te las apañas solito. Sorprendentemente el teléfono y contrato del móvil con Android en Docomo vale más caro que el iPhone4 en Softbank. Mientras en Europa los teléfonos con Android se multiplican como setas aquí no parecen gozar de popularidad.

El principal problema para coger el iPhone es que el contrato mínimo es de 2 años. Yo voy a estar aquí unos 14 meses así que la penalización por cancelación es de unos 300€ (según el cambio). En realidad, si suscribes un contrato por dos años, el teléfono te sale gratis y lo que pagas cada mes es la conexión de datos y las llamadas. Unos 50€/mes con internet, mensajes y llamadas ilimitados. Póngame uno, pero un poco a regañadientes.

Incluso en móvil más básico lleva cámara (excepto los de niños). En el trabajo no puedo llevar móvil con cámara así que es un engorro. El más barato cuesta 50€ con una tarjeta prepago de 30€ incluída. El saldo caduca a los 2 meses!! y una vez caducado no se puede llamar NI TAMPOCO recibir llamadas hasta que no recarge de nuevo. En fin, si es lo más baratuno que hay, pues póngame otro, pero a regañadientes. Más tarde me he enterado de que la tarjeta de recarga mínima es de 30€ y de que no puedo enviar SMS al extranjero. Pero aún hay más: resulta que por ser tan barato, el móvil no incluye ni el cargador. Juas, 10€ más.

Por lo menos sales de la tienda y sales con el móvil en la mano y completamente operativo. Cosa que no he visto jamás en ningún otro sitio. Rakel está desde entonces como ausente. Absorta en el teléfono. Le hemos instalado el Skype así que podemos llamar gratis a cualquier ordenador o baratísimo a los teléfonos fijos, desde cualquier sitio, compartir cualquier cosa que estemos viendo en ese momento con vosotros, sin más que tomar una foto y enviarla por email, skype, facebook,...(twitter?).

1 comentario:

Unknown dijo...

Impresionante.. me ha encantado el post.. justo lo contrario de lo que uno piensa por aquí.. es como el típico extranjero que viene a España pensando que todo son toros y jamón.. y tortilla de patatas :D