Son casi las ocho; llueve en Bruselas. Estoy en el centro, donde la gente sí lleva paraguas porque la mayoría son turistas. La libreta donde escribo la he cogido esta mañana del trabajo y, como no podía ser de otra forma, es una libreta con líneas horizontales. Parece que en Inglaterra no han visto nunca una libreta cuadriculada. Me gustan las libretas cuadriculadas, porque puedes dibujar siguiendo el patrón de los cuadritos; puedes dibujar cosas simétricas sin más que contar cuadritos. Después de pasear un rato para hacer hambre y comprar unos bombones para Raquel, he acabado de nuevo en Le Roy d'Espagne. Total, si vengo a Bruselas tendré que cenar algo típico belga. Por eso el camarero, que unas veces me habla en inglés y otras en francés (espero, por favor, que no lo haga en neerlandés), me ha traído una Leffe Brune. Por supuesto que podría beber esa cerveza en Inglaterra, pero en estas cosas no me gusta mezclar. Bélgica tiene su Leffe, o su Stella, e Inglaterra tiene su "lager" o "bitter", como la London Pride, que por cierto, probé el otro día por primera vez.
He llegado esta tarde a Bruselas para asistir a un curso mañana. Como el hotel que me habían reservado, está en las afueras, cerca del aeropuerto, he salido a la calle y he cogido el primer autobús que pasaba. He pensado: si estoy en las afueras, seguro que un autobús urbano sólo puede acercarme al centro. Siempre que lo coja en el sentido correcto. Y aquí quiero aclarar una cosa, o más bien, expresar una queja: en Bruselas coexisten, al igual que las comunidades francófona y flamenca, dos empresas de autobuses urbanos: La STIB (MIVB) y De Lijn. La parada de autobús que había enfrente del hotel era de la empresa De Lijn, donde, a parte de no traducir las cosas al francés, tienen la incomprensible costumbre de no poner ni mapa con el recorrido ni la lista con las paradas de cada autobús. Así que me he montado en el número 272, en sentido lo que parecía el centro. Y me ha dejado al final de la calle de las tiendas, en la Rue Neuve, creo que se llama, donde está el edificio ese tan alto que tiene una iluminación nocturna de diferentes colores que se van alternando.
"Carbonnades à la Flamande" para cenar; que viene a ser un plato de ternera estofada. Sigue lloviendo. Acaba de pasar un tío con un paraguas idéntico al que compramos Raquel y yo cuando llegamos allá por el mes de enero. Fue lo primero que hicimos. Comprar un par de paraguas baratos y comernos un gofre. Hacía frío y viento y durante la semana nos gustaba quedarnos en el piso, calentitos. Al fin y al cabo la calefacción tampoco la pagábamos nosotros. Veíamos "España Directo" todas las tardes. El Canal Internacional de TVE era lo único en nuestro idioma que se podía ver en la tele. Los fines de semana los aprovechábamos para visitar los lugares más típicos: el Atomium, Brujas, Gante,... Éramos conscientes de que nuestra estancia aquí sería breve y nos adaptamos a vivir en la ciudad enseguida, de forma que casi al segundo día ya parecía que llevábamos aquí toda la vida.
Ha parado de llover. Pero el suelo empedrado de la calle sigue brillando con las luces de todos los comercios que siguen abiertos: chocolaterías, tiendas de bombones, de souvenirs, restaurantes,...Hace media hora que terminé el estofado, pero el camarero no se ha pasado todavía a retirarme el plato o a preguntarme si quiero algo más. A este sitio, a pesar del constante ajetreo, no se puede venir con prisa. Pero a mi me gusta. Aquí podría tirarme la tarde y la noche entera, sin más compañía que una cerveza, viendo a la gente pasar por la calle, escuchando las conversaciones de las mesas de al lado o escribiendo sin que nadie me moleste.
"Une gaufre sucré, SVP", que es como los francófonos abrevian "si'l vous plait", que por cierto, aquí en Bélgica lo tienen todo el día en la boca: "si'l vous plait esto", "si'l vous plait lo otro", si'l vous plait por aquí", "si'l vous plait por allá". Es como los ingleses con el dichoso "sorry". “Sorry por esto”, “sorry por lo otro”,... Como decía el de la peli "Una casa de locos" o ¿era en "Las muñecas rusas"? Ya no me acuerdo. Nunca me fui de Erasmus cuando estudiaba en la Universidad y a veces me pregunto cómo sería mi forma de ver las cosas o cómo sería ahora mi vida si lo hubiese hecho. Supongo que hay una gran diferencia entre vivir en el extranjero como estudiante y como trabajador.
¡Vaya! No sabía que el gofre iba a ser "de Bruselas". Existen dos tipos principales de gofres: los gofres de Lieja, que son los más conocidos fuera de Bélgica, más esponjosos y dulces, y los gofres de Bruselas, más parecidos al hojaldre y menos dulces. Conozco bien los gofres. Y sé que, sobre todo aquí en Bélgica, es una aberración echarle cualquier cosa encima, especialmente chocolate. Por eso, y porque es así como me gusta, lo he pedido solo.
La calle se ha secado ya; con tanta gente pasando, los adoquines se secan enseguida y pierden el brillo. Ése que me estaba sirviendo de inspiración. Es hora de coger el 272. Pero esta vez en sentido opuesto.
He llegado esta tarde a Bruselas para asistir a un curso mañana. Como el hotel que me habían reservado, está en las afueras, cerca del aeropuerto, he salido a la calle y he cogido el primer autobús que pasaba. He pensado: si estoy en las afueras, seguro que un autobús urbano sólo puede acercarme al centro. Siempre que lo coja en el sentido correcto. Y aquí quiero aclarar una cosa, o más bien, expresar una queja: en Bruselas coexisten, al igual que las comunidades francófona y flamenca, dos empresas de autobuses urbanos: La STIB (MIVB) y De Lijn. La parada de autobús que había enfrente del hotel era de la empresa De Lijn, donde, a parte de no traducir las cosas al francés, tienen la incomprensible costumbre de no poner ni mapa con el recorrido ni la lista con las paradas de cada autobús. Así que me he montado en el número 272, en sentido lo que parecía el centro. Y me ha dejado al final de la calle de las tiendas, en la Rue Neuve, creo que se llama, donde está el edificio ese tan alto que tiene una iluminación nocturna de diferentes colores que se van alternando.
"Carbonnades à la Flamande" para cenar; que viene a ser un plato de ternera estofada. Sigue lloviendo. Acaba de pasar un tío con un paraguas idéntico al que compramos Raquel y yo cuando llegamos allá por el mes de enero. Fue lo primero que hicimos. Comprar un par de paraguas baratos y comernos un gofre. Hacía frío y viento y durante la semana nos gustaba quedarnos en el piso, calentitos. Al fin y al cabo la calefacción tampoco la pagábamos nosotros. Veíamos "España Directo" todas las tardes. El Canal Internacional de TVE era lo único en nuestro idioma que se podía ver en la tele. Los fines de semana los aprovechábamos para visitar los lugares más típicos: el Atomium, Brujas, Gante,... Éramos conscientes de que nuestra estancia aquí sería breve y nos adaptamos a vivir en la ciudad enseguida, de forma que casi al segundo día ya parecía que llevábamos aquí toda la vida.
Ha parado de llover. Pero el suelo empedrado de la calle sigue brillando con las luces de todos los comercios que siguen abiertos: chocolaterías, tiendas de bombones, de souvenirs, restaurantes,...Hace media hora que terminé el estofado, pero el camarero no se ha pasado todavía a retirarme el plato o a preguntarme si quiero algo más. A este sitio, a pesar del constante ajetreo, no se puede venir con prisa. Pero a mi me gusta. Aquí podría tirarme la tarde y la noche entera, sin más compañía que una cerveza, viendo a la gente pasar por la calle, escuchando las conversaciones de las mesas de al lado o escribiendo sin que nadie me moleste.
"Une gaufre sucré, SVP", que es como los francófonos abrevian "si'l vous plait", que por cierto, aquí en Bélgica lo tienen todo el día en la boca: "si'l vous plait esto", "si'l vous plait lo otro", si'l vous plait por aquí", "si'l vous plait por allá". Es como los ingleses con el dichoso "sorry". “Sorry por esto”, “sorry por lo otro”,... Como decía el de la peli "Una casa de locos" o ¿era en "Las muñecas rusas"? Ya no me acuerdo. Nunca me fui de Erasmus cuando estudiaba en la Universidad y a veces me pregunto cómo sería mi forma de ver las cosas o cómo sería ahora mi vida si lo hubiese hecho. Supongo que hay una gran diferencia entre vivir en el extranjero como estudiante y como trabajador.
¡Vaya! No sabía que el gofre iba a ser "de Bruselas". Existen dos tipos principales de gofres: los gofres de Lieja, que son los más conocidos fuera de Bélgica, más esponjosos y dulces, y los gofres de Bruselas, más parecidos al hojaldre y menos dulces. Conozco bien los gofres. Y sé que, sobre todo aquí en Bélgica, es una aberración echarle cualquier cosa encima, especialmente chocolate. Por eso, y porque es así como me gusta, lo he pedido solo.
La calle se ha secado ya; con tanta gente pasando, los adoquines se secan enseguida y pierden el brillo. Ése que me estaba sirviendo de inspiración. Es hora de coger el 272. Pero esta vez en sentido opuesto.
2 comentarios:
Hola. Despues de un parentesis de 15 dias sin internet mientras cambiabamos de vida, me he puesto al dia con tus post.Éste me ha recordado dos cosas: 1)la inexistencia de libretas de cuadros en UK (las de lineas horizontales me hacen sentir como si estuviera haciendo caligrafia...ademas hay aproximadamente 10 lineas por hoja).2) La tarde que estuvimos en una teteria de Granada y el dueño, que es un aleman, no entendia porque Raquel queria el gofre sin chocolate...si le iba a cobrar lo mismo que con chocolate.
Me congratula que tu tb te hayas dado cuenta de lo de las libretas. Me ha dado por pensar que el hecho de que todas las libretas sean de rayas como para hacer caligrafia tiene algo que ver con lo raro que escriben, sobre todo los números, que no hay quien los entienda. y no hablemos de los punticos de la "i", estilo plaza de toros, estrellita, flor o corazón.
Como dicen en telojuroporikea:
"Jamás he estado en ningún otro lugar en el que haya tanta gente con aspecto de retrasado mental"
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